Psiquiatría Nutricional, influencia de la dieta sobre la salud mental.

Monday, 20 de January de 2020
¿Puede la dieta influir en la salud mental de los individuos?

La psiquiatría nutricional es un campo emergente de las ciencias médicas y la neurociencia, enfocada en el estudio científico riguroso acerca de la dieta y su influencia sobre la salud mental.

Existe evidencia muy variada sobre los efectos beneficiosos de los alimentos en los grandes trastornos neurológicos. Es bien conocido el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas que conllevan a enfermedades neurológicas degenerativas como el Alzheimer y la demencia vascular.

En un estudio realizado en el 2011 en el Reino Unido, determinaron que la población de raza africana proveniente del Caribe, que había emigrado entre los años 1950 y 1960, sufrió de demencia vascular y Alzheimer más frecuentemente y a una edad más temprana que sus contrapartes de raza blanca nativos de dicha región.
La hipótesis de esta investigación sostuvo que la alta prevalencia de hipertensión arterial en esta población constituyó un factor de riesgo para desarrollar estás enfermedades. Igualmente, otros factores de riesgo cardiovasculares y metabólicos, como la diabetes, junto con la dieta, pudieron haber interactuado con factores genéticos, lo cual aumentó a su vez el riesgo de sufrir estás enfermedades.

Sin embargo, estás conclusiones solo apoyan el hecho de que la dieta juega un papel muy importante en los riesgos cardiovasculares, los cuáles finalmente influirán en muchos aspectos de la salud mental de los individuos.

Psiquiatría Nutricional, un paso más hacia el tratamiento individualizado de las patologías mentales.
 
Es interesante la relación que existe entre la dieta, la obesidad y diversas enfermedades psiquiátricas.
En un estudio realizado en el 2011, determinaron que una dieta baja en sodio denominada "enfoque dietético para detener la hipertensión" (DASH, por sus siglas en inglés), poseía un doble beneficio, tanto a nivel cardiovascular como en el estado emocional. Las personas que cumplieron con el programa, todas de la tercera edad, tuvieron 11% menos probabilidad de presentar depresión.

En personas con trastornos psiquiátricos como la depresión, la esquizofrenia y la bipolaridad, se ha encontrado un solapamiento en la expresión de genes que predisponen o no a la aparición de la obesidad. Una persona que exprese los genes que predisponen a sufrir de obesidad también es propensa a sufrir de depresión o de bipolaridad. En cambio, las personas esquizofrénicas no poseen está predisposición, por lo tanto, si presentan obesidad es debida a factores externos cómo la dieta, el estilo de vida y el uso de psicofármacos.

Otros estudios han demostrado el posible beneficio de la dieta ketogénica (alta en grasas, baja en carbohidratos) en los niños con epilepsia, donde se ha encontrado una reducción en el número de episodios convulsivos.

En el caso del autismo y del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) las evidencias sobre una dieta rica en vitamina D o en algún otro nutriente han sido inconclusas. Una dieta rica en azúcares procesados parece incrementar los síntomas del TDAH. En cambio, consumir frutas y vegetales frescos parece mitigar estos síntomas. En el caso del autismo, las restricciones en la alimentación pueden ser muy variadas de un individuo a otro, es necesario investigar de forma más rigurosa para determinar si existe una relación fuerte entre el autismo y la dieta.

El azúcar parece influir en el sistema dopaminérgico causando sensación de placer en el cerebro, de igual forma como lo hacen las drogas de uso recreativo. En un estudio llevado a cabo en cerdos, estudiaron las funciones cerebrales antes y después de consumir agua azucarada, encontrando que este sistema se activaba incluso después de la primera toma. Resultaría interesante estudiar los efectos a largo plazo de una dieta rica en azúcar en la salud mental de las personas normales.

El blog La adicción al azúcar, una nueva droga habla un poco más sobre el azúcar y su influencia sobre el cerebro.


¿Cómo influyen las vitaminas en la salud mental?

Existen evidencias sólidas sobre deficiencia de vitamina B12 y su relación con otras manifestaciones neurológicas, como la fatiga, letargia, depresión, manía y psicosis. El déficit de tiamina ha sido relacionada con trastornos de la memoria y de la función cognitiva. Igualmente, el ácido fólico influye en el desarrollo neurológico en la etapa prenatal y en la infancia, así como en la aparición de depresión en el adulto. La niacina ha sido relacionada con la demencia.

Es evidente que la deficiencia grave de estas vitaminas producen manifestaciones muy específicas, sin embargo, la deficiencia leve en niveles subclínicos de una o más de estás vitaminas y su papel en la disfunción mental es aún poco clara.
Por otro lado, hay fuertes envidencias sobre la influencia a largo plazo de la dieta en la vida temprana a nivel las funciones mentales. Una dieta de "alta calidad" a lo largo de la vida, está relacionada con riesgos reducidos de deterioro cognitivo. De hecho, parece influir en un mejor desempeño cognitivo en el adulto mayor.

Actualmente, se desconocen los mecanismos subyacentes a niveles metabólico y celular que participan en esta relación entre la dieta y la salud mental.

¿Qué depara el futuro para la psiquiatría nutricional?

Hay una fuerte creencia general acerca de la sólida evidencia sobre la dieta y su influencia en la aparición de enfermedades mentales y neurológicas.

La realidad es otra, es difícil comprobar los efectos de una dieta o de componentes alimenticios específicos sobre la salud mental. Cada individuo puede responder de forma diferente ante un cambio en la dieta, debido a variaciones sutiles en el metabolismo.
De igual forma, la comida no sé comporta como una "droga" y no hay un estándar para uno u otro alimento, no existen "placebos" y por lo tanto, llevar a cabo estudios randomizados constituye un verdadero reto.
Los efectos de la dieta sobre la salud mental son reales, la intervención nutricional temprana y los cambios en el estilo de vida pueden influir positivamente en el pronóstico de personas que tienen riesgos elevados de sufrir enfermedades cardiovasculares y subsecuentemente, trastornos mentales.

Una dieta balanceada, rica en nutrientes, con un aporte la energía adecuado, así como la actividad física regular, son medidas que pueden mantener nuestros cuerpos y nuestros cerebros sanos durante mucho más tiempo.Referencias:
 
1- Diet and Mental Health: The Evidence to Date.
2- Weight, Major Psychiatric Disorders Genetically Linked.
3- African Caribbeans Develop Dementia More Often, Earlier.
4- El azúcar provoca los mismos efectos que las drogas en el cerebro.

Visita mi blog anterior // Read my previous blog: Happiness: A New Paradigm to Assess Global Wellbeing and Development.

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Autor:

Sasha Antunez

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