¿Puede la música curar la epilepsia?
Una investigación reciente ha descubierto el gran potencial de la música como alternativa para el tratamiento de la epilepsia refractaria. Los investigadores encontraron que tonos musicales específicos funcionan como un “calmante” para el cerebro de las personas que sufren de convulsiones resistentes a las terapias convencionales y que poseen un patrón específico en el electroencefalograma (EEG), ofreciendo una terapia alternativa a la modalidad de tratamiento invasivo.
Esta terapia novedosa regula el patrón del EEG en el período interictal, disminuyendo la actividad epileptógena. Se demostró en esta investigación que “los estímulos auditivos específicamente diseñados para el experimento contribuyeron a disminuir la tasa de patrones en espiga, especialmente en personas que cuentan con este patrón electroencefalográfico a nivel basal”, comenta Grace Leslie, PhD, profesora asistente de la Escuela de Música en el Georgia Institute of Technology en Atlanta.
¿Cómo afecta la música al cerebro de una persona epiléptica?
Existen pocas personas en el mundo que padecen de una rara forma de epilepsia denominada “musicógena” la cual es producida por estímulos auditivos de diversa naturaleza, entre ellas la música, los sonidos como las alarmas, sirenas o cornetas, ciertos ritmos y gran variedad de ruidos. Estas personas pueden sufrir de auras musicales y a su vez, de convulsiones producidas por verdaderos estímulos auditivos. De igual forma, la convulsión en sí puede contener características auditivas que la persona puede luego describir como ruidos sin sentido o música que es difícil de identificar. La mayoría de ellos sufren de epilepsia temporal y tienen lesiones que pueden ser diagnosticadas mediante estudios de neuroimagen.
El lóbulo temporal juega un papel muy importante en el procesamiento cerebral de la música, desde el giro de Heschl (área auditiva primaria) y otras áreas corticales a nivel frontal y parietal, así como áreas de asociación que también contribuyen al procesamiento del sonido y de la música. La percepción musical requiere la decodificación del estímulo a nivel de la corteza auditiva primaria y las áreas de asociación (área auditiva secundaria), las cuales participan en el reconocimiento de tonos, melodías, acordes y consonancias. Se piensa que el cerebelo y los ganglios basales, así como la corteza temporal juegan un papel importante en el reconocimiento del ritmo. En la identificación emocional de la música es realizado por el sistema límbico y la corteza orbitofrontal, lo cual juega un papel importante en el establecimiento de la memoria y en el procesamiento de las emociones.
Es posible que los mecanismos de procesamiento musical estén involucrados en la génesis de las convulsiones, las personas con epilepsia musicógena pueden tener alguna alteración en cualquier nivel de las conexiones entre estas estructuras, lo cual produzca que los estímulos auditivos constituyan un “gatillo” para producción de las convulsiones.
Es interesante el papel dicotómico de la música en el cerebro epiléptico, siendo beneficiosa para algunas personas y contraproducente en otras.
En el caso de la investigación presentada en la Sociedad Americana de Epilepsia (AES, por sus siglas en inglés) en la reunión anual del 2019, nueve pacientes con epilepsia refractaria fueron sometidos a neuromonitorización intracraneal con múltiples electrodos, enfocándose en el lóbulo temporal. Durante el experimento, fueron sometidos a bloques de estímulos auditivos de 15 segundos a 40-Hz, constituidos por tonos puros y fragmentos musicales. Las sesiones duraron 20 minutos y entre cada bloque de estímulos fueron presentados estímulos visuales control que funcionaron como “reseteo”. Al analizar los resultados, encontraron que la actividad cerebral en espiga durante el período interictal se redujo significativamente luego de la exposición a los estímulos auditivos, en comparación con los estímulos visuales.
Esta investigación abre nuevas posibilidades para las personas con epilepsia refractaria y su tratamiento.
Es posible que la música promueva la liberación de dopamina en el cerebro, lo cual funcione como “anticonvulsivante”. Sin embargo, aún se desconoce por completo el efecto de la música en el cerebro normal, más aún en el cerebro epiléptico.
Beneficios de la Música en el Cerebro Humano
El “Efecto Mózart” ha sido ampliamente estudiado en la ciencia cognitiva, donde los efectos de la música clásica han sido bien documentados a lo largo del tiempo. En afectaciones neurológicas como el Parkinson, el Alzheimer, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y la demencia senil, también se han documentado efectos beneficiosos tras la exposición a la música.
Aparentemente, y según este nuevo descubrimiento, la música (en este grupo particular de pacientes) parece actuar como un “agente del orden”, causando mejoras en el EEG a nivel interictal.
En el año 2008, Masaru Emoto publicó su controversial investigación acerca de los efectos de las palabras y de la música en la cristalización del agua, donde su hipótesis indicaba que el agua, posterior a ser expuesta a la música y a palabras de gratitud, cristalizaría formando estructuras simétricas y “hermosas”.
De igual forma, y muy controversialmente, se ha investigado la influencia de la música en el crecimiento de las plantas.
Ambos enfoques son bastante difíciles de digerir para los escépticos, sin embargo, todos hemos experimentado alguna vez en la vida el poder de la música, bien sea para sanar, sentir satisfacción al escuchar una tonada agradable o evocar recuerdos del pasado, incluso transportarnos a estados mentales superiores donde los problemas cotidianos ya no tienen importancia y prevalece la felicidad pura.
Probablemente, al igual que sostiene Emoto en su investigación, la música pueda lograr que el cerebro epiléptico se convierta en un “hermoso cristal”, simétrico y organizado, donde no haya cabida para la actividad errática epileptógena.
Y quizás en los próximos años, nuevas investigaciones puedan ampliar estos descubrimientos, mediante el uso de la música como terapia en los múltiples aspectos de las convulsiones y la epilepsia refractaria, haciendo uso de la neuromonitorización como herramienta crucial en el entendimiento del funcionamiento del cerebro humano.
Referencias:
2- Music and epilepsy: A critical review.https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1528-1167.2012.03523.x3- The Power of Music.https://academic.oup.com/brain/article/129/10/2528/292982
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